En la cumbre de los grandes líderes de las ligas portuguesa y holandesa, el Sporting fue sorprendido este martes por el fútbol más fuerte y decidido del PSV, en Eindhoven, evitando, hacia el final, la derrota que parecía segura en la segunda vuelta de la fase liguera de la Liga de Campeones. Daniel Bragança (83′) corrigió el error de Debast en un estadio donde el PSV llevaba 42 partidos sin perder, empatando esa noche (1-1).
Fue en los últimos compases del partido que el Sporting intentó evitar la derrota a toda costa, sorprendiendo al campeón y líder del campeonato holandés, que al igual que el Sporting sólo manda con triunfos y con el mismo calibre ofensivo (25 goles) de los “Leones” en el plano nacional, pero no pudo conseguir su primer triunfo en la Liga de Campeones.
El PSV pudo aparecer presionado y debilitado por la derrota en Turín, ante la Juventus, en la primera vuelta, pero acabó afrontando el partido con determinación, alcanzando una ventaja temprana que no supo ampliar, acabando cediendo cuando menos lo esperaba.
Al principio, el Sporting no se llevaba bien con el ambiente reinante en Eindhoven, marcado por una intensa presión y extrema agresión por parte del PSV, en una estrategia preparada por Peter Bosz para desactivar la máquina del Sporting.
Más reactivos, los “leones” terminaron perdiendo conexiones y duelos en el medio campo, con Quenda y Nuno Santos pasando más tiempo como laterales, formando una línea constante de cinco en defensa.
Con la dupla de centrocampistas del Sporting atada, los intentos de Morita de saltar a la zona de influencia de Catamo y Gyökeres no surtieron el efecto deseado, debilitando aún más el segundo bloque, donde Hjulmand se vio incapaz de frenar los avances locales.
Sobre todo porque el delantero sueco no pudo desenvolverse ni en profundidad ni como referencia, perdiendo el balón con una facilidad absurda. Pero también porque cuando Trincão intentó coger el juego, los holandeses ya tenían todos los caminos bloqueados hacia la portería.
Para colmo de males en un escenario ya poco conocido, tras una buena intervención parando una de las mejores combinaciones del ataque del PSV, Debast cometió un pecado capital al arriesgar un pase al centro que Catamo no pudo aprovechar, aunque Fue una intercepción. , Schouten, autor del gol, pudo haber tocado el pie del mozambiqueño, situación que no fue abordada por el VAR.
Tras 15 minutos perdiendo, sin siquiera haber tenido la oportunidad de intentar un solo ataque a la portería del PSV, el Sporting necesitaba pensar y actuar con la máxima urgencia.
Sin embargo, para desgracia de Diomande y Rúben Amorim, el central del Sporting sufrió una lesión que le dejó fuera del campo pasada la primera media hora de partido.
Hasta el descanso, también a consecuencia del parón del PSV, que al lograr el primer gol de la noche alivió un poco el garrote, el Sporting pudo respirar más tranquilo y soltar la irreverencia de Quenda.
En los 15 minutos que restaban para el descanso, el Sporting consiguió incluso igualar a los holandeses en cuanto a tiro, sin que se tradujera ninguna relación directa con oportunidades descaradas ni necesidad de intervención del portero del PSV.
Rúben Amorim dio mucho de qué hablar en el descanso, pero las palabras del técnico portugués no cambiaron sustancialmente el rumbo de los acontecimientos, con el PSV volviendo a hacerse cargo del partido y presentándose en condiciones de ampliar su ventaja.
Pese a todo, el PSV no fue capaz de “matar” el partido, habiendo desaprovechado algunas oportunidades flagrantes, con Luuk de Jong protagonizando uno de los momentos más increíbles, tras un dominio acrobático. Esto y algunas intervenciones de Franco Israel permitieron al Sporting remontar algunos huecos y aparecer con cierto peligro en el área holandesa.
Eduardo Quaresma (71′), aislado, tuvo uno de los mayores fallos, resbalándose al disparar. Pero el Sporting no se rindió y en un centro de Maxi Araújo, Daniel Bragança apareció en el área y disparó a la red del PSV, garantizando un punto importante en Holanda.